Con todo preparado, dispuestos para la batalla y no hay manera. Teníamos super-estudiada la subida al Txindoki, finalmente una circular, quizás la más bonita: subida por Muitze y bajada por la normal.
Además veríamos la posibilidad de subir con los txikis el Ausa-Gaztelu, una vez bajáramos de nuestro reto, para hacer ya un completo: café, copa y purete.
Pues que no hay manera. Que Mari se ha puesto de malas y nos ha chafado el finde. Las nubes llegan prácticamente a nivel del mar, así que no nos queda más remedio que esperar.
Seguro que merecerá la pena. Ya debemos dos retos: el Ballo y el Txindoki. Habrá que buscarles hueco, que en el tintero no se nos van a quedar no.