Andamos escasos de tiempo últimamente, que no vaguetes. Esta es una de las cimas que apenas dan para quitar el «mono» de monte, pero que agradecen que las visitemos.
Algunos lo llaman El Puntal, otros Montegrande. Pero lo que es seguro es que en su cúspide se alza majestuoso el denominado Castillo de Quintanilla, aunque más que castillo es una Casa-Torre con sistema de fusileras a su alrededor.
Su ascensión más cercana y sencilla y que sirve para calmar nuestras ansias parte desde el pequeño pueblo de Quintanilla de la Ribera. Desde aquí tenemos que tomar una pista que sigue el GR-1 y que nos eleva a la loma hasta la mencionada torre, a 673 m.
La cima, marcada con un vértice geodésico, ocupa una posición ligeramente más interior, apenas a 25 metros del camino y muy cerca del castillo. A la derecha de la imagen.
Luego tenemos la opción de continuar por la pista o volver por donde vinimos.