Una ruta corta, perfecta para los que apenas tienen tiempo y quieren desconectar un ratillo. El Eskoritas además es centenario. Su sencilla subida se ve recompensada por las vistas que, desde su cumbre despejada, se tienen hacia todo el valle de Ayala.
La visita a su compañero de fatigas es más anecdótica. No tiene mucho atractivo y su cumbre carece de vistas por estar cubierta de arbolado. Es totalmente prescindible.
Un bonito paseo por las estribaciones de Respaldiza, sencilla, rápida y agradecida.