Circulando por la A8 en dirección a Laredo, Castro Urdiales & company, en la bajada hacia Mioño, uno no puede dejar de mirar el estropicio que la cantera ha realizado llevándose por delante toda la parte “frontal” de la Peña Santullán. En algún tiempo seguro que fue una montaña que hasta era preciosa y su cercanía a la costa le aportaba un atractivo aún mayor.
Para subirla hay que plantarse en una pista que bordea la entrada a la cantera y que, en sentido ascendente, nos llevará hasta un collado en el que se cruzan otras tres pistas.
Subiendo da la impresión de que, rodeando la peña, nos toparemos con lo que la montaña debiera de haber sido también en su vertiente Norte, pero ¡horror!, la cantera ha avanzado tanto y tan rápido que la vertiente Sur presenta igual aspecto.
Ya le queda muy poco para que se la lleven por delante. Los trabajos de la cantera llegan prácticamente hasta la cima, por lo que, de seguir así, le quedan pocos años para desaparecer completamente.
Hay que darse prisa para poder decir: nosotros estuvimos allí arriba.
Cuando llegamos al collado donde se cruzan las tres pistas, tomando la pista de la derecha que nos lleva hacia la Peña, un nuevo sorpresón. Prohibido el paso. A veces las dificultades no nos las pone la propia montaña.
Como somos cabezones nos las apañamos para subir por una zona aparentemente “no prohibida” y evitamos en todo momento pisar las pistas por las que transcurren los bulldozers que destrozan la peña. Llegando cerca de la cima ya podemos ver, no sólo los hitos, sino también flechas rojas y las marcas de GR que indican el mejor camino de ascenso y que no hace mucho guiaban a multitud de montañeros.
Es una subida final entretenida, con alguna trepadilla fácil. Finalmente, coronamos la Peña Santullán con pena. Las vistas son maravillosas, pero si miramos hacia abajo, da igual Norte, Sur que Este, nos damos cuenta de que, a esta otrora agradable y apacible montaña, le queda un telediario.
Una pena
Snif
Tienez razón. Da pena cuando una montaña es destrozada así. Otros ejemplos cercanos: las hermosísimas Untzi y Mugarra. Aunque no tan herdias, aun, como esta. Yo no la subí. Llegué a la verja, y me dije, ostia a ver si me va a explotar un barreno. Y me di media vuelta. Quizás vuelva, antes de que acaben con ella.
slds.
Gracias por el comentario Rafa. Pensábamos que la vertiente Sur estaría intacta y nos llevamos una desagradable sorpresa cuando vimos que estaba tan destrozada. En la verja nos metimos a la izquierda subiendo por la vaguada hasta alcanzar donde termina la pista de arriba, donde hay una especie de cruz. A partir de ahí seguir las marcas GR y las flechas rojas hasta la cima. Saludos