Abrupta cumbre nuestro próximo reto, que se alza airosa entre las provincias de Bizkaia y Gipuzkoa por encima de las aldeas y caseríos de las cuencas del Deba e Ibaizabal.
Se trata de una cima que presenta perfiles distintos, se mire por donde se mire, pero todos ellos muy característicos. Desde el propio Anboto su figura se asemeja a la de un fraile acostado. Es la montaña más aislada del cordal calizo del duranguesado y emerge sobre el tránsito entre los valles vizcaínos y gipuzkoanos como una pirámide que se recorta hacia todos los horizontes.
Sus 1.117 metros son accesibles desde varias vertientes, aunque nosotros acometeremos su ascensión desde su itinerario más popular.
¿Quién da más?